viernes, 3 de marzo de 2017

Fabio Zerpa ¿tenía razón?


La matemáticas de la conciencia es mucho mas simple, real y efectiva
que la matemáticas de los cerebritos.

Ese es el chiste: que a pesar de la aparente complejidad de las matemáticas
que se usan para explicarlo todo, como puede ser, la necesaria para calcular un
circuito que pueda generar una onda de origen eléctrico, calculada con valores
de watt, amperaje, resistencia, amplitud y longitud de onda, continua o alterna, una matemática que puede representar para reproducir cualquier circuito eléctrico que trate una señal, pueda transmitirla o pueda recibirla,
decodificandola luego eficazmente, con una salida utilizable: sonido, video, impresión, transmisión digital electrónica, toda esa matemática se puede comprender con la matemáticas de la conciencia.

La matemáticas de la conciencia es simple y todos la conocemos,
porque venimos con ella y desde ella,
el uno es todo, el todo se divide en dos, el dos en tres y el tres en cuatro,
no hay manera en que la realidad no suceda asi,
lo cual no quiere decir que eso sea un número calculable.

La ignorancia perceptual es tener la conciencia fija en un número,
cuando estas viendo y viviendo solo el dos, para vos todo es fondo y frente,
luz, oscuridad, bueno y malo, me gusta no me gusta, me quiere no me quiere,
estoy bien estoy mal, la culpa la tiene mamá, la culpa la tiene papá,

Cuando la conciencia está fija sin poder dejar de dar valor al indexar
de su excel; la info que guardo ya sea por experiencia o escolaridad,
no se puede usar para comparar realmente desde la multidimensionalidad
de la realidad. La única manera es salir del dos para entrar en el uno,
la matemáticas de la conciencia.

Para estar en el uno, te vuelves real y verdadero, y te paras completamente
en el momento presente, sin juzgarlo, solo experimentandolo. Lo único que
puedes agregarle a eso es tu integridad, tu serte fiel a ti mismo, sin abondonarte
por la necesidad de recibir atención, o la necesidad de colmar esa búsqueda
de amor tranzando a cualquier precio. Para subir al uno, y poder usar la
matemáticas de la conciencia, se dejan realmente todas las excusas para no ser
responsable, en el uno se acepta que el universo deviene de la unidad fractalmente,
por lo cual todos somos parte indivisible de ese universo.

Por eso miramos para adentro, y buscamos donde está eso que no queremos afuera, dentro de nosotros mismos, y lo observamos aceptandolo como parte de nosotros mismos,
y a partir de esa aceptación nos metemos en ese sentimiento, los sentimos concientemente, y elegimos otra cosa si no es lo que queremos.
No es nada raro, para poder usar la matemáticas del uno, no es matemáticas lo que se aprende y no es necesario ser un cerebrito, 

se necesita sanear la psiquis de toda la basura que aprendimos
en nuestra experiencia de vida, signada por la búsqueda de amor y la necesidad de pertenecer,

la forma de hacerlo es observarse sin juzgarse, haciéndose conciente, si surgen emociones se las siente, como sea, se observa porque no se quiere sentir esa emoción, no son respuestas lo que se busca, se busca poner la atención y dejar ahí para que el ser entienda sin palabras, desmagnetice la fijeza que provoca conductas y estados de animo y enfermedades físicas.

Los humanos actualmente se producen industrialmente, incluso su moral es moral de ganaderos, consideran el embarazo de una mujer, el producto de su útero, un bien ganancial, pasible de ser administrado judicialmente, solo porque la inseminaron socialmente.

Mas raro todavía es que no preguntemos para que hacen eso: 

¿que producimos exactamente?

¿para quienes producimos? 

¿Las vacas son explotadas por otras vacas?

Fabio Zerpa ¿tenía razón?



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