La matemáticas de la conciencia es
mucho mas simple, real y efectiva
que la matemáticas de los cerebritos.
Ese es el chiste: que a pesar de la
aparente complejidad de las matemáticas
que se usan para explicarlo todo, como
puede ser, la necesaria para calcular un
circuito que pueda generar una onda de origen eléctrico, calculada con valores
de watt, amperaje, resistencia, amplitud
y longitud de onda, continua o alterna, una matemática que puede
representar para reproducir cualquier circuito eléctrico que trate
una señal, pueda transmitirla o pueda recibirla,
decodificandola luego eficazmente, con
una salida utilizable: sonido, video, impresión, transmisión digital electrónica, toda
esa matemática se puede comprender con la matemáticas de la conciencia.
La matemáticas de la conciencia es
simple y todos la conocemos,
porque venimos con ella y desde ella,
el uno es todo, el todo se divide en
dos, el dos en tres y el tres en cuatro,
no hay manera en que la realidad no
suceda asi,
lo cual no quiere decir que eso sea un
número calculable.
La ignorancia perceptual es tener la
conciencia fija en un número,
cuando estas viendo y viviendo solo el
dos, para vos todo es fondo y frente,
luz, oscuridad, bueno y malo, me gusta
no me gusta, me quiere no me quiere,
estoy bien estoy mal, la culpa la tiene
mamá, la culpa la tiene papá,
Cuando la conciencia está fija sin
poder dejar de dar valor al indexar
de su excel; la info que guardo ya sea
por experiencia o escolaridad,
no se puede usar para comparar
realmente desde la multidimensionalidad
de la realidad. La única manera es
salir del dos para entrar en el uno,
la matemáticas de la conciencia.
Para estar en el uno, te vuelves real y
verdadero, y te paras completamente
en el momento presente, sin juzgarlo,
solo experimentandolo. Lo único que
puedes agregarle a eso es tu
integridad, tu serte fiel a ti mismo, sin abondonarte
por la necesidad de recibir atención,
o la necesidad de colmar esa búsqueda
de amor tranzando a cualquier precio.
Para subir al uno, y poder usar la
matemáticas de la conciencia, se dejan
realmente todas las excusas para no ser
responsable, en el uno se acepta que el
universo deviene de la unidad fractalmente,
por lo cual todos somos parte
indivisible de ese universo.
Por eso miramos para adentro, y
buscamos donde está eso que no queremos afuera, dentro de nosotros mismos, y lo
observamos aceptandolo como parte de nosotros mismos,
y a partir de esa aceptación nos
metemos en ese sentimiento, los sentimos concientemente, y elegimos otra cosa si no es lo que
queremos.
No es nada raro, para poder usar la
matemáticas del uno, no es matemáticas lo que se aprende y no es necesario ser un cerebrito,
se necesita sanear la psiquis de toda la basura que aprendimos
en nuestra experiencia de vida, signada
por la búsqueda de amor y la necesidad de pertenecer,
la forma de hacerlo es observarse sin
juzgarse, haciéndose conciente, si surgen emociones se las siente,
como sea, se observa porque no se quiere sentir esa emoción, no son
respuestas lo que se busca, se busca poner la atención y
dejar ahí para que el ser entienda sin palabras, desmagnetice la fijeza que provoca conductas y
estados de animo y enfermedades físicas.
Los humanos actualmente se producen
industrialmente, incluso su moral es moral de ganaderos, consideran el embarazo de una mujer, el
producto de su útero, un bien ganancial, pasible de ser administrado judicialmente, solo porque
la inseminaron socialmente.
Mas raro todavía es que no preguntemos para que hacen eso:
¿que producimos exactamente?
¿para quienes producimos?
¿Las vacas
son explotadas por otras vacas?
Fabio Zerpa ¿tenía razón?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario