viernes, 10 de junio de 2016

TENGO LA REVOLUCIÓN EN MIS MANOS

La paz y la justicia empieza por uno mismo, 

se empieza por convertirse en verdadero, con sus luces y sombras, alumbrando TODO y aceptando humildemente la igualdad de todos y cada uno de los seres de la sociedad. 

No solo igualdad de derechos, igualdad a la hora de apreciar sus talentos y sus virtudes, sus roles y sus capacidades, igualdad a la hora de tratar y curar sus enfermedades. 

Ser verdadero empieza con una decisión: NO TRANZAR, no tranzar mas con la mentira, con las verdades a medias, con el revolver las aguas para que no se vea el fondo, no tranzar valores porque "no se puede" o "las cosas son así". 

Si los ciudadanos dejamos de tranzar nuestras vidas por chucherías y espejitos de colores y mierda mediática, TENEMOS EL PODER DE NUESTRA DECISIÓN EN LA MANO. 

Para eso se requiere un poco de salud mental, un poco de encontrar herramientas para calmar las neurosis y la ansiedad que provoca vivir desconectados de la vida en los mundos urbanos y digitales.

Yo percibo en la gente la justa indignación que provoca la incapacidad politica y su cuasidelincuencia, pero también percibo mucha energía de rabia, de dolor, de odio.
Si queremos cambiar la sociedad debemos tornar esas energías de odio en útiles y operativas.
Debemos analizar las cosas desde perspectivas mas amplias.

Una perspectiva amplia e integradora COMPRENDE A TODOS, los que nos gustan y los que no, los buenos y los malos, y como sea que podamos nos miramos a los ojos y ACORDAMOS.
No es díficil porque los seres humanos SANOS tenemos la tendencia de buscarnos, de amarnos, de juntarnos en paz.



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